ONG Vida Animal

“Debemos realizar una acción trascendente para que la gente comience a reconocernos como los adalides de la defensa de la vida animal.” Había sido la frase de Cecilia fundadora y presidenta de nuestra ONG en aquella reunión extraordinaria.
El punto era que debíamos de alguna forma llegar al gran público para lograr más adherentes a nuestro movimiento y de esa manera solventar los gastos que exigía nuestro funcionamiento.
Las reuniones en casa de Cecilia se estaban tornando comprometedoras. A pesar de que ya hacía un tiempo que teníamos cortadas las relaciones con su padre (dueño de un conocido Frigorífico y Matadero), el hecho de reunirse en la barbacoa de su casa nos daba una imagen negativa. Ya Madelón que estudiaba Marketing en la universidad católica nos lo había sugerido en una reunión anterior y ella misma propuso la idea de comprar una casa, sin salirnos de los límites de Carrasco para evitar excesivos gastos de locomoción y poder seguir operando.
Pero para ello necesitábamos más adherentes y para lograrlos debíamos dar el golpe de efecto.
Claro que no era nuestra primera operación, hacía un tiempo nos habíamos ido de campamento a Soriano en semana santa y haciendo uso de cornetas compradas en la puerta del estadio Centenario habíamos logrado espantar a los jabalíes para evitar que los cazadores los exterminaran, esto había sido un buen golpe de publicidad (debido al color de las cornetas se nos denominó “los ecologistas peñarolenses” ) y habíamos logrado unos 50 nuevos colaboradores en nuestra página WEB lo que a 10 dólares por cápita nos aumentaba en U$S 500 nuestros ingresos mensuales.
Aquello, como ya fue dicho, nos había dado cierta publicidad (buena y mala porque como siempre sucede no faltaron los detractores que alegaron que el jabalí era una plaga, que no era autóctono, que mataba los chanchos padrillos y otra sarta de cosas como si el pobre jabalí no fuera un débil representante del reino que nosotros defendíamos), pero bueno, había llegado el momento de dar el gran salto.
Cuando Pedro, dueño de una cerrajería que funcionaba en el supermercado del barrio, se decidió a asociarse a nuestra ONG “Vida Animal”, no le vimos en principio más utilidad que un nuevo ingreso, pero cuando Malena en un brain storm tiró la idea de rescatar a los animales del zoológico de Villa Dolores, nos dimos cuenta de que Pedro pasaba a ser la pieza clave del operativo.
Lo primero fue trabajar para modificar sus hábitos alimenticios, ya que él se negaba a ser Ovo-lácteo-vegetariano lo cual no era un impedimento para ser socio (Juan que estudiaba Ciencias Económicas fue el que con mucho criterio nos hizo ver que a los adherentes se les pide plata y no cualidades morales) pero sí era condición sine qua non para pertenecer a nuestra “unidad de operaciones”.
Pedro propuso ampliar el rango de alimentos, incluyendo aunque sea las hamburguesas, alegando que, en definitiva, las que venden en los carros de la calle nadie sabe bien de que están hechas. La idea no era mala pero se chocaba con que la denominación podía ser muy extensa, ovo-lácteo- hamburguívoro- vegetarianos, sonaba además algo raro. Finalmente optamos por hacer una excepción con Pedro el cual fundamentaría su necesidad de consumir carne mediante certificado médico y con la salvedad expresa de que se trataba de animales que habían sido bien tratados durante su vida y no estaban en peligro de extinción.
También Madelón dijo que era importante ir creando suspenso y expectativa en el público, así fue que un tiempo antes de la fecha fijada para el operativo, una noche encapuchados y munidos de pintura negra en spray anunciamos en el propio muro del zoo nuestras intenciones grafittando: “oso polar, te vamos a rescatar”
Por fin llegó el gran día, aquella noche nos encontró vestidos con nuestras remeras con la inscripción “Esto es Vida Animal” idea de José que estudiaba para publicista.
La idea del slogan al final no fue buena ya que, en otro momento y en forma artera, nuestros enemigos de la ONG “Rottweillers sin Fronteras” lo utilizaron agregando una coma después de la palabra vida y publicaron unas fotos de nuestra presidenta tomando sol en la playa durante una convención que se realizo en las Galápagos donde se discutían acciones concretas para evitar la extinción del Ornitorrinco, pero ese es otro tema.
Volviendo a la noche de marras, nuestra unidad de operaciones se dirigió al zoo en la Mitsubishi Montero 4X4 del papá de Cecilia cargada con escaleras y algunos elementos de alpinismo que aportó Lucas que nos serían fundamentales para escalar el muro, y también por supuesto Pedro con su valija de cerrajero que nos permitiría abrir las jaulas y darle a los animales la tan ansiada libertad.
Todo fue saliendo tal cual estaba planeado, primero entramos al zoológico saltando el muro y luego fuimos alimentando a todos los animales carnívoros con medias reses que Cecilia había obtenido de su padre haciéndole creer que había abandonado sus convicciones alimenticias y lo festejaría con sus amigos en un gran asado. Lo de la carne había sido una exigencia de Pedro que quería que los animales estuvieran con el estómago lleno para evitar que, antes de disfrutar de la tan ansiada libertad, decidieran disfrutar una suculenta cena con lo primero que tuvieran a mano (o sea: un cerrajero abriendo la puerta de sus jaulas) y a nosotros nos pareció muy atinado.
Pedro fue abriendo una a una las jaulas para después escapar tan sigilosamente como habíamos entrado. Luego nuestro cerrajero completaría su faena abriendo el portón principal de la calle Rivera al mismo tiempo que nosotros hacíamos explotar fuegos artificiales en la calle posterior, con el doble propósito de publicitar a todas luces nuestra acción y por otro lado asustar a los animales para que se dirigieran hacia la salida abierta.
Al día siguiente éramos noticia en todos los informativos, que leían nuestra proclama. Algunos - obviamente sobornados por las empresas que lucran con el sufrimiento de los pobres integrantes del reino animal - destacaban en ella solamente pequeñas faltas de ortografía como por ejemplo Cautiberio con b larga u Hornito Rinco, las cuales escaparon a nuestro control - Lucía las había hecho esa misma noche en su computador que tiene desactivada la opción de ortografía y gramática .
Otros – sin duda movidos por el sentimiento antiecologista que campea en nuestro país desde el tema de Botnia – se ensañaron con nuestro movimiento por algunas cosas que no salieron bien como el destrozo realizado por las focas en el mercado del Puertito del Buceo o el hecho lamentable de que el oso polar se comiera ante los ojos de su madre a un niño de un año - al cual la desnaturalizada mujer había permitido alejarse imprudentemente del banco de plaza en que ella se encontraba – o el ataque de las hienas a un cortejo fúnebre en el Cementerio del Buceo con el agravante de que el muerto era un conocido hombre público y que las cámaras de televisión estaban presentes y tomaron los distintos momentos: La disparada de la gente; La caída del cajón y su rotura, y las peleas de las hienas (entre ellas por un lado y con las gaviotas que se sumaron al festín por otro, y que, como bien claro dejamos ante el juez, provenían de la playa y no habían sido liberadas por nuestro movimiento)
El desenlace fue lamentable, sin duda el mundo está gobernado por gente insensible a la problemática animal.
Nuestros adherentes, desalentados por la propaganda negativa que del hecho hicieron los carroñeros de siempre, desaparecieron como por arte de magia (algunos dicen que muchos de ellos se afiliaron a “Rottweillers sin Fronteras”, pero no puedo asegurarlo). El padre de Cecilia mostrando que en definitiva es un ave de rapiña nos retiró el apoyo y ya no nos permitió más usar la barbacoa ni la Montero, alegando que ya bastante le había costado evitar que nos metieran a todos presos.
Hubo entre nuestros integrantes quienes nos negaron y como el avestruz pensaron que escondiendo la cabeza ya nadie los veía.
Y Pedro, demostrando que en definitiva los de su calaña no son más que simples gusanos, al salir de la cárcel, no solo no se apareció a visitarnos nunca más sino que además dejó su viejo oficio y nos clavó su puñal poniendo un medio tanque en Rivera y Rossel y Rius.

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